No me diste tiempo a buscar palabras que rimen con tu nombre
No le diste tiempo al beso, al calor, a la humedad.
Ni a tu lengua ni a la mía,
ni a la risa ni al llanto del después.
Diálogo de yerba y agua sin que sepas que te estudio en cada sorbo.
¿hasta dónde pretendés apretar?
No le diste lugar al domingo, a la ropa desparramada por el suelo.
Furiosas las noches en que me invadís en silencio,
Injustos los miedos que me trago
Siniestras las bellas palabras que te escondo,
Macabras todas las formas del olvido.
A tu manera, cuchillazos de frases gentiles no deseadas.
Se te pintan las canas de invierno lluvioso
y la vida se estanca a la vuelta de la esquina.
Una arruga se te asoma por la espalda de los ojos
pero aún no llegas a entender nada de todo esto.
El sol te quema la cara en la mañana, pero tu costado está helado
con un manojo de putas que dejan su huella de rimel en la almohada.
Llenate de ruidos, de ruiditos, de la música de otras veces, del sonido del agua corriendo en la ducha, de películas en inglés, del estrepitoso timbre por culpa de un ring-raje.
¿hasta dónde me vas a llevar?
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